Creo que ese hubiera sido un titulo más apropiado para esta película, para que nos vamos a engañar. Porque realmente lo único de interés en esta entrega es el rollo hormonal que inunda casi toda la historia. De hecho parece ser el foco de atención de la película, quedando el misterio del Príncipe Mestizo y de los Horcruxes como algo casi anecdotico.
La película se hace lenta en muchos momentos, los diálogos y las escenas parecen de cartón, poco reales, sin movimiento, sin alma. Le falta chicha, gancho, garra, como queráis llamarlo. Panache, como decían en 7º Mar.
Me he reído a gusto con las miradas lujuriosas, y los celos, y los amoríos en general, pero incluso estas escenas parecían funcionar en automático.
Tengo la sensación de que este era un libro difícil de adaptar. En la novela se explayan mucho en mostranos la evolución de Riddle, en llevarnos a sus recuerdos, y todo eso aquí se ve reducido a un par de escenas. Y casi todo lo que le pasaba a Potter en el libro era a un nivel mas personal. Y claro, en una película de Harry Potter no te puedes pasar la mitad del metraje contando la vida de otra persona. Aunque sea el malo. Así que llegada la hora de adaptar parece que estas en un pequeño aprieto.
Todo eso lo puedo aceptar. Y la verdad es que han logrado contar todo lo que era esencial para entender lo ocurrido. La información básica esta toda ahí. Pero les ha faltado coger ese esqueleto, esa información básica, y rodeara de momentos interesantes, de química. Incluso el final, que en el libro resulta realmente interesante por el caos que se forma tras el gran evento de la historia en la película se queda en un "mutis por el foro, y aquí no ha pasado nada..."
Y Potter se merecía un beso como dios manda, por dios. Tanta hormona pa tan poca sangre en las venas...
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